Cada año, 15 millones de personas en todo el mundo se ven afectadas por un accidente cerebrovascular. De ellos, se estima que el 50% vivirá con discapacidad permanente o crónica. Los efectos físicos y mentales de sobrevivir a un accidente cerebrovascular pueden afectar significativamente las posibilidades de recuperación, el bienestar mental y los planes de vida futuros de un sobreviviente, como volver al trabajo, viajar y más.
La discapacidad puede ser visible o invisible; el accidente cerebrovascular causa ambas. Estas son algunas de las discapacidades causadas por un ACV:
Parálisis o debilidad
Muchos sobrevivientes de un ACV sufren parálisis en un lado del cuerpo o incapacidad para mover una parte específica del cuerpo. La rehabilitación física inmediatamente después de un ACV puede aumentar significativamente sus posibilidades de reactivar esos músculos y poder moverse nuevamente.
Afasia o disfagia
Algunos sobrevivientes de un accidente cerebrovascular pueden tener problemas para usar o comprender el lenguaje (afasia) o tener problemas para tragar líquidos o alimentos (disfagia). Los terapeutas del habla trabajarán con el paciente para abordar estos problemas y, según la gravedad del accidente cerebrovascular, el paciente recuperará la capacidad de hablar relativamente pronto o puede que necesite más terapia una vez que salga del hospital.
Problemas sensoriales en el lado afectado por el ACV
El lado afectado puede sufrir cambios en la percepción de la temperatura, el dolor o las texturas. También es común que el sobreviviente de un ACV experimente la incapacidad de sentir la posición de su mano, brazo, pie o pierna. Por ejemplo, algunos sobrevivientes se sostienen, con la mano afectada, de una barandilla mientras caminan y luego se «olvidan» de soltar la barandilla; su cerebro no envía la señal adecuada a la mano para que suelte lo que sostiene.
Fatiga física y / o mental
La fatiga posterior al accidente cerebrovascular es muy común. Los sobrevivientes de un accidente cerebrovascular generalmente se sentirán permanentemente cansados o con poca energía, y no mejoran con el descanso. La fatiga puede ser física (subir las escaleras o de la cocina al dormitorio puede ser un desafío) o mental (pérdida de memoria a corto plazo, confusión mental u olvido). Para algunos sobrevivientes, la fatiga es tan severa que tiene un efecto debilitante significativo en su vida diaria.
Ansiedad y depresión
La depresión es actualmente la principal causa de discapacidad en todo el mundo. Si no se trata con prontitud, la ansiedad y la depresión pueden tener efectos significativos en el bienestar general y la recuperación del superviviente de un accidente cerebrovascular. Si tiene síntomas de ansiedad o depresión, comuníquese con su médico o con Mental Health America para obtener ayuda.
Dependiendo de la gravedad del accidente cerebrovascular y del área del cerebro afectada, estas discapacidades pueden ser temporales o permanentes. Ser consciente y abordar los problemas posteriores a un accidente cerebrovascular es muy importante: cuanto antes los trate, más posibilidades tendrá de no tener una discapacidad permanente.