Meditación y recuperación de un ACV

La meditación puede ser desalentadora, pero con las herramientas adecuadas puede cambiar tu vida. Las simples meditaciones diarias pueden cambiar con el tiempo la fisiología, en otras palabras, la estructura física del cerebro de muchas maneras. Partes específicas del cerebro, como la corteza cingulada, son responsables de la atención, la regulación emocional y la flexibilidad mental. Las mismas áreas se utilizan al meditar. Y cuanto más involucras esas partes de tu cerebro, más se desarrollan y evolucionan. Al entrenar tu mente para que se concentre en tu cuerpo y en tu respiración, puedes lograr estos cambios de manera pacífica.

La recuperación de un accidente cerebrovascular es un proceso estresante y frustrante, no solo físicamente sino también mentalmente. Todos merecen tener un momento de paz todos los días, y la meditación puede ofrecer eso. La mayoría de los métodos de recuperación hacen que te concentres en una sola actividad, por ejemplo, caminar. Se vuelve mentalmente agotador estar tan concentrado. Entonces, tomarse 10 minutos, o incluso menos, cada día para concentrarse únicamente en respirar y relajar el cuerpo y la mente, hace maravillas.

Un estudio mide los efectos de la meditación consciente sobre la espasticidad posterior al accidente cerebrovascular. La espasticidad es la condición en la cual los músculos se endurecen e interfieren con el movimiento. Se reclutó a 10 supervivientes de accidentes cerebrovasculares para participar en un experimento de dos semanas de duración en el que debían escuchar una meditación guiada diaria. El resultado mostró mejoras estadísticamente significativas en la espasticidad tanto en el codo (P = 0,032) como en la muñeca (P = 0,023) después de 2 semanas de meditación, junto con mejoras en las medidas de calidad de vida para Energía (P = 0,013), Personalidad (P = .026), y Trabajo/Productividad (P = .032)” (Wathugula et. al.).

Muchas personas que prueban la meditación mencionan que su mente divaga y nunca pueden despejarse, lo cual es una experiencia totalmente normal. Por supuesto, nuestra mente pierde el foco, pero si trabajas en ello, notarás que cada vez que un nuevo pensamiento aparece en tu cabeza, podrás redirigir fácilmente tu atención a la meditación. Un desafío es inherentemente difícil, y dificultad significa cambio. Cuanto más trabajas en ello, más fácil se vuelve.

Entonces, ¿cómo empezar con la meditación? La mejor manera de desbloquear estos beneficios es creando pequeños hábitos diarios. Intenta combinar la meditación con algo que ya haces todos los días. Podrías meditar justo después del desayuno o justo antes de acostarte. La combinación de algo que haces todos los días con algo totalmente nuevo hará que el proceso sea mucho más fluido.

También puede ayudar a establecer metas y expectativas realistas: no será perfecto desde el principio y es posible que no puedas meditar por completo todo el tiempo. Establecer metas realistas (como 5 minutos de meditación 4 veces a la semana) y expectativas (como esperar que su mente divague) puede ayudar a aliviar la frustración que puede experimentar al probar algo nuevo.

La mediación no es algo por lo que tenga que navegar solo, hay herramientas para ayudar. Recomendamos la aplicación Balance. Balance es una aplicación financiada por donaciones que ofrece meditaciones guiadas personalizadas. Pruébelo y explore todas las opciones que ofrece Balance. Puedes meditar siguiendo planes organizados o simplemente elegir un clip de 10 minutos según cómo te sientas ese día.

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