En los últimos 15 años, los accidentes cerebrovasculares entre los jóvenes han aumentado: un 11 % más de jóvenes corren un riesgo mayor de sufrir un accidente cerebrovascular que antes. Los factores de riesgo de accidente cerebrovascular en los jóvenes son los mismos que en los adultos, pero los jóvenes suelen ser menos propensos a prestar tanta atención a su salud y bienestar como lo harían los adultos.
Para Nitai, un accidente cerebrovascular fue una sorpresa total. Era un joven sano y activo que empezaba la universidad y disfrutaba de una nueva vida fuera de su ciudad natal. El día comenzó como de costumbre, una típica mañana de jueves en su habitación de la residencia de estudiantes. Cuando se despertó, notó que tenía el brazo y la cara raros, entumecidos y con hormigueo, como si se le hubiera dormido el brazo. Pensó que desaparecería pronto y continuó con su día.
A medida que pasaban las horas, la extraña sensación en su brazo y cara no desaparecía, e incluso le costaba sostener un bolígrafo. Cuando fue a buscar una bandeja a la cafetería, no podía llevarla. Poco después, su equilibrio empezó a verse afectado y tenía problemas para caminar. Llamó a su padre, pero no contestó, así que Nitai preguntó a sus amigos si les parecía extraño y les explicó los síntomas que estaba experimentando.
Unas horas más tarde, su padre volvió a llamar. Una vez que Nitai explicó sus síntomas, su padre (un médico) le indicó que llamara al 911 y consiguiera una ambulancia para el hospital. Sabía que su hijo estaba sufriendo un derrame cerebral. A los 18 años, Nitai sufrió una hemorragia cerebral talámica izquierda (un sangrado cerebral en el tálamo). Con ese diagnóstico, Nitai pasó una cantidad significativa de tiempo en la UCI, donde los médicos lo monitorearon de cerca, y luego fue a un centro de rehabilitación para pacientes hospitalizados donde trabajó en su habla, movilidad, función cerebral y mucho más. Aunque Nitai era joven y gozaba de bastante buena salud, la rehabilitación tras el derrame cerebral resultó ser todo un reto. Le llevó semanas recuperar las fuerzas, y durante ese tiempo adquirió una nueva perspectiva de la vida.
“Estaba en rehabilitación junto a personas amputadas, personas semiparalizadas, algunas en sillas de ruedas, algunas incapaces de hablar y otras conectadas a tubos para respirar. Empaticé con sus experiencias. Podía ver el dolor en sus rostros. Podía ver el peso de sus nuevos diagnósticos sobre sus hombros. Cualquiera que pase por algo difícil puede entenderlo. No solo estamos recorriendo un camino diferente, adonde sea que vayamos a partir de ahora, estamos allanando nuestro propio camino. Me recordó que las circunstancias no nos definen… estamos definidos por cómo manejamos nuestras circunstancias”.
Hoy, Nitai se ha convertido en un defensor de la concienciación sobre los accidentes cerebrovasculares entre los jóvenes, difundiendo amabilidad y amor dondequiera que vaya y escribiendo un libro sobre sus experiencias. Este año, Nitai pasó un tiempo en Australia (un paraíso para los surfistas), donde diseñó y entregó una tabla de surf a la sede de Billabong, y se embarcó en un desafío de siete días en el que recaudó fondos para otros sobrevivientes de accidentes cerebrovasculares.
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