Marzo es el Mes de la Historia de la Mujer, un momento para honrar las contribuciones y la resistencia de las mujeres a lo largo de la historia. También es una oportunidad perfecta para concienciar sobre un importante problema de salud que afecta a millones de mujeres en todo el mundo: el ACV. Aunque muchas personas están familiarizadas con los signos comunes del ACV, son menos las que se dan cuenta de que el ACV suele presentarse de forma diferente en las mujeres que en los hombres. Esta diferencia puede retrasar el tratamiento y empeorar la situación.
El Impacto del ACV en Las Mujeres
El ACV es una de las principales causas de muerte y discapacidad entre las mujeres. De hecho, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), una de cada cinco mujeres sufrirá un ACV a lo largo de su vida. Las mujeres también tienden a tener peores resultados después de un ACV en comparación con los hombres, incluyendo una mayor discapacidad y una mayor probabilidad de necesitar cuidados a largo plazo.
Key statistics on stroke in women:
- Las mujeres representan casi el 60% de todas las muertes relacionadas con ACV.
- Cada año sufren un ACV 55.000 mujeres más que hombres.
- Las mujeres negras e hispanas tienen un riesgo desproporcionadamente mayor de sufrir un ACV y peores resultados debido a las disparidades en la atención sanitaria y a las tasas más elevadas de enfermedades como la hipertensión arterial y la diabetes.
- El embarazo, la menopausia y la terapia hormonal sustitutiva (THS) pueden aumentar el riesgo de ACV en las mujeres.
Diferencias en Los Síntomas del ACV en Las Mujeres
Los síntomas clásicos del ACV se aplican tanto a hombres como a mujeres y se recuerdan mejor con el acrónimo FAST:
- F(FACE) – Caída de la cara
- A (ARM) – Debilidad en los brazos
- S (SPEECH) – Dificultad para hablar
- T(TIME) – Hora de llamar al 911
Sin embargo, las mujeres son más propensas a experimentar síntomas atípicos de ACV, que pueden dificultar su reconocimiento y diagnóstico. Entre ellos se incluyen:
- Confusión o desorientación repentinas
- Desmayo o pérdida del conocimiento
- Náuseas o vómitos repentinos
- Hipo
- Dolor repentino en el pecho
- Falta de aliento
- Convulsiones
Dado que estos síntomas están menos reconocidos como señales de advertencia de ACV, pueden confundirse con otras afecciones como ansiedad, migrañas o cambios hormonales. En consecuencia, las mujeres que experimentan estos síntomas pueden no buscar ayuda médica inmediatamente, lo que provoca retrasos peligrosos en el tratamiento.
Por Qué Las Mujeres Sufren ACV de Forma Diferente
Varios factores contribuyen a las diferencias en la presentación y el riesgo de ACV entre las mujeres:
- Influencias hormonales – El estrógeno desempeña un papel en el mantenimiento de la salud de los vasos sanguíneos, pero los cambios en los niveles hormonales (debidos al embarazo, la menopausia o el uso de anticonceptivos) pueden influir en el riesgo de ACV.
- Mayor esperanza de vida – Por término medio, las mujeres viven más que los hombres. Dado que el riesgo de ACV aumenta con la edad, las mujeres tienen más probabilidades de sufrir un ACV a edades más avanzadas, cuando ya pueden tener otras complicaciones de salud.
- Mayor prevalencia de trastornos autoinmunitarios y de la coagulación – Enfermedades como el lupus, que afectan desproporcionadamente a las mujeres, pueden aumentar el riesgo de ACV.
- Falta de reconocimiento de los síntomas – Las mujeres y los profesionales de la salud pueden pasar por alto los síntomas más sutiles o atípicos del ACV, lo que retrasa el tratamiento.
Qué Pueden Hacer Las Mujeres Para Reducir el Riesgo de ACV
La buena noticia es que hasta el 80% de los ACV pueden prevenirse mediante cambios en el estilo de vida y tratamiento médico. Las mujeres pueden reducir su riesgo:
- Control de la presión arterial – La hipertensión arterial es el principal factor de riesgo de ACV. Un control y un tratamiento regulares pueden reducir significativamente el riesgo de ACV.
- Conocer los factores de riesgo personales– las mujeres deben hablar con su médico sobre cómo factores como el embarazo, la anticoncepción y la menopausia pueden influir en el riesgo de ACV.
- Mantener un estilo de vida cardiosaludable – una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad, no fumar y limitar el consumo de alcohol contribuyen a reducir el riesgo de ACV.
- Reconocer los síntomas y actuar con rapidez – el tiempo es un factor crítico en el tratamiento del ACV. Llamar al 911 al primer síntoma de ACV puede marcar la diferencia.
Las mujeres han estado al frente de innumerables movimientos históricos, defendiendo sus derechos y su bienestar. En este Mes de la Historia de la Mujer, demos prioridad a la salud de las mujeres concienciándolas sobre el ACV y su impacto único en las mujeres. Conociendo los riesgos, reconociendo los signos y actuando, podemos ayudar a salvar vidas y capacitar a las mujeres para proteger su salud.
Si usted o un ser querido experimenta cualquier signo de ACV, ya sea típico o atípico, busque inmediatamente atención médica de urgencia. Su conocimiento y rápida actuación pueden salvarle la vida.