Como ocurre con la mayoría de las enfermedades, existen elementos de riesgo que podemos controlar o sobre los que podemos hacer algo y otros sobre los que simplemente no podemos hacer nada. A continuación, encontrará información sobre los factores de riesgo inherentes, lo que significa que todas las personas los tenemos, y los factores de riesgo que sí se pueden controlar para prevenir un accidente cerebrovascular.
FACTORES DE RIESGO NO CONTROLABLES
Los hombres y mujeres mayores de 65 años tienen un mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral, sin embargo, cualquier persona, de cualquier edad, puede sufrir un ACV o derrame cerebral.
Las mujeres tienen un mayor riesgo que los hombres de sufrir un derrame cerebral, la mayor parte relacionado con los cambios hormonales durante el embarazo, el uso de anticonceptivos o el tratamiento para la menopausia.
Los afroamericanos, los nativos americanos y los hispanos tienen más probabilidades de sufrir un derrame cerebral debido a su mayor riesgo de enfermedades como presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y otras.
La genética juega un papel importante para determinar si tiene un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o no. Existen ciertas mutaciones genéticas que pueden transmitirse y ponerlo en mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral.
1 de cada 4 personas que sufren un accidente cerebrovascular ya ha tenido uno anteriormente. Aquellos que han tenido un ataque cardíaco previamente también tienen un mayor riesgo
Factores de riesgo que podemos controlar
Llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio con regularidad es muy importante cuando se trata de reducir el riesgo de accidente cerebrovascular. Esta combinación de dieta y movimiento regular reducirá sus probabilidades de tener presión arterial alta, colesterol alto, diabetes y evitará entre otras cosas la obesidad y las enfermedades cardíacas.
Beber en exceso puede tener un impacto significativo en su riesgo de accidente cerebrovascular, ya que puede elevar la presión arterial y los niveles de triglicéridos, lo que puede provocar la acumulación de grasa en las arterias.
El consumo regular de tabaco afectará la capacidad de su cuerpo para transportar niveles normales de oxígeno en la sangre, dañar los vasos sanguíneos y elevar su presión arterial.
El estilo de vida sedentario es ahora más común que nunca. Tener un trabajo de oficina significa no moverse durante horas, e incluso si tenemos trabajos físicamente exigentes, lo único que queremos hacer cuando llegamos a casa es sentarnos en el sofá. El sedentarismo durante un largo período de tiempo puede dificultar aún más el manejo de otros factores de riesgo.
La presión arterial alta y el colesterol alto pueden pasar desapercibidas , y descubrirlas solamente cuando nos controlamos la presión arterial o nos hacemos análisis de sangre. Asegúrese de controlar su presión arterial de vez en cuando y, si está alta, hable con su médico sobre las opciones que tiene para tratarla.
Nuestros cuerpos producen colesterol de forma natural, pero tener una dieta poco saludable y alta en colesterol puede obstruir nuestras arterias y causar una variedad de problemas. Su médico podrá realizar análisis de sangre para verificar el colesterol y brindarle opciones de tratamiento.
Hay ciertas enfermedades cardíacas que provocan la acumulación de placa en las arterias, lo que restringe el flujo adecuado de sangre oxigenada al cerebro, mientras que otras enfermedades cardíacas aumentan la posibilidad de desarrollar un coágulo de sangre que puede causar un derrame cerebral.
La diabetes es una enfermedad en la que su cuerpo no produce suficiente insulina o no la procesa como debería, lo que hace que la glucosa aumente a niveles anormales.
Estas afecciones muchas veces se pueden prevenir y tratar; es importante que hable con su médico sobre cómo reducir el riesgo de aparición de ambas y de su tratamiento.
Para obtener mayor información, visite la página de Mayo Clinic.