La incertidumbre puede ser una gran parte del viaje de recuperación del accidente cerebrovascular. Después de un ACV, es posible que te preguntes qué sucederá a continuación, cuándo recuperarás tu fuerza y movilidad, por qué sucedió esto y más. Cada accidente cerebrovascular es diferente y cada viaje de recuperación es diferente; no hay una respuesta correcta o incorrecta a ninguna de esas preguntas.
Los últimos diez meses han sido una prueba de nuestra salud física y mental, así como de nuestra capacidad para hacer frente al cambio y adaptarnos rápidamente. La pandemia global de COVID-19 ha cambiado casi todos los aspectos de nuestras vidas y ahora nos enfrentamos al desafío de aprender cómo volver a vivir mientras nos mantenemos seguros y saludables.
Aquellos que atraviesan la recuperación de un accidente cerebrovascular han tenido que detener las sesiones de fisioterapia, apoyo para el bienestar mental, entre otras actividades esenciales de recuperación. Tanto los sobrevivientes como los cuidadores han tenido que encontrar una nueva rutina para mantenerse motivados y animados mientras el proceso de recuperación se ralentiza.
Hacer frente a la incertidumbre de la recuperación de su accidente cerebrovascular y la situación global actual puede ser abrumador, pero hay cosas que puedes hacer para ayudarte a tomarlo día a día:
Cambia tu enfoque
Hay cosas que podemos controlar y otras que no. La recuperación de un accidente cerebrovascular es un desafío mental y físico, y para algunos puede parecer que nunca terminará. Algunos sobrevivientes viven con la preocupación constante de sufrir otro ACV o de que no puedan volver a caminar o hablar. Es perfectamente normal hacerse esas preguntas y es importante procesar esas preguntas. Por ejemplo:
- «Me temo que tendré otro derrame cerebral».
- Pregúntate: ¿Estoy tomando todos mis medicamentos? ¿He hablado con mi médico sobre por qué tuve un accidente cerebrovascular y qué debo hacer para prevenir otro?
- Reflexiona: estás vivo y haciendo lo que se supone que debes hacer para prevenir un ACV. Confía en ti mismo y en quienes te rodean para ayudarte a mantenerte saludable mientras te recuperas.
- «Me he estado recuperando durante años y estoy perdiendo la esperanza».
- Pregúntate: ¿He hablado con mi fisioterapeuta sobre mi progreso? ¿Hay algo más que pueda hacer para ayudar en mi recuperación?
- Reflexiona: la recuperación de un accidente cerebrovascular puede llevar muchos años, es un proceso tan único como tu. Piensa en cuándo comenzaste tu recuperación y dónde te encuentras ahora: el progreso que has logrado desde entonces hasta ahora es digno de celebración.
Permítete sentir
Es importante sentir sus sentimientos, todos ellos. Dándote permiso para estar triste, enojado, frustrado, ansioso o lo que sea que estés sintiendo, te ayudará a procesar esa emoción. Tómate 60 segundos para sentir tus emociones, luego reflexiona sobre lo que hizo que surgiera esa emoción.
Aprender qué nos hace sentir de cierta manera y cómo podemos manejarlo nos ayuda a controlar mejor nuestras emociones y reducir el estrés y la ansiedad. El llevar un diario de gratitud, en su teléfono o en papel, también puede ser una forma útil de aprender a procesar sus emociones.
Mantente activo
Manejar el estrés y la ansiedad es una gran parte de lidiar con la incertidumbre. La mejor manera de ayudar a calmar una mente estresada es haciéndola funcionar: resuelve un rompecabezas, lee un libro, sal a caminar, escucha música, cualquier cosa que te ayude a dejar de pensar en lo que te molesta.
Incluso si vas a sentarte afuera durante unos minutos y respirar un aire diferente, dividir tu día con pequeñas formas de mantenerte activo te ayudará a sentirte menos estresado o ansioso.
La capacidad de afrontar la incertidumbre no es algo con lo que nacemos; constantemente estamos aprendiendo cómo hacerlo a través de los altibajos de la vida. A veces, la incertidumbre nos ayuda a encontrar nuevas formas de vivir, cosas nuevas que nos hacen felices y nos hacen más resistentes.
La vida está llena de desafíos y todos aprendemos sobre la marcha. Encuentra lo que te hace sentir bien y feliz, lo que te brinda alegría y bienestar; usa la fuerza y la resistencia que has acumulado para lograr la mejor salud mental posible.