La recuperación tras un ACV suele entenderse en términos físicos: recuperación de la fuerza, la movilidad y el habla. Pero igual de importante es la curación emocional que la acompaña. El viaje tras un ACV puede estar lleno de incertidumbre, cambios inesperados y nuevos retos que afectan a su forma de sentir, pensar y relacionarse con el mundo que le rodea.
Es normal sentirse abrumado. El estrés, la ansiedad, la frustración e incluso el miedo son reacciones válidas ante un acontecimiento que cambia la vida como un ACV. Pero no tiene por qué manejar esas emociones solo, y hay medidas que puede tomar para favorecer su bienestar emocional durante la recuperación.
1. Reconozca la Incertidumbre
La recuperación de un ACV no siempre es un camino recto. El futuro puede parecer desconocido o impredecible, sobre todo en los primeros días. Afrontar esa incertidumbre requiere valor. Reconocer esos sentimientos -y permitirse sentirlos- es el primer paso hacia la resiliencia emocional.
¿Necesitas ayuda para encontrar tu camino?
Lee: Hacerle Frente a la Incertidumbre Después de un ACV
2. Comprender los Cambios Emocionales y de Comportamiento
Muchos supervivientes de ACV experimentan cambios en el estado de ánimo, el comportamiento o la personalidad. Estos cambios suelen estar relacionados con la zona del cerebro afectada por el ACV, y son más frecuentes de lo que cree. Es posible que se sienta irritable, ansioso, lloroso o que no se parezca a sí mismo. Estos cambios no son un signo de debilidad, sino parte del proceso de recuperación del cerebro, y pueden mejorar con ayuda.
Más información sobre qué esperar y cómo afrontarlo:
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3. Priorice el Descanso Como Parte de su Recuperación
Dormir no es sólo descansar: es curar. Un sueño de calidad ayuda al cerebro a repararse, favorece la regulación emocional y prepara el cuerpo para la rehabilitación. Crear una rutina calmante a la hora de dormir, limitar el tiempo de pantalla y controlar el dolor o el malestar pueden contribuir a un mejor descanso.
Descubre cómo un mejor sueño favorece la salud cerebral:
Leer: Descansa Bien, Recupérase Mejor
4. Muévete con Delicadeza, Respira Hondo
El ejercicio no tiene por qué ser intenso para ser eficaz. Los movimientos suaves y de bajo impacto pueden ayudar a reducir el estrés, mejorar el estado de ánimo y favorecer la recuperación física. Ya sean estiramientos, paseos o ejercicios modificados, el movimiento constante mejora la salud mental y física.
Encuentre ejercicios seguros adaptados a los supervivientes de ACV:
Leer: Ejercicio Para el Corazón y el Cerebro
5. Practica la Atención Plena y la Autocompasión
Cuando las emociones se disparan, centrarse en el momento presente puede marcar una gran diferencia. Las técnicas de atención plena -como la respiración profunda, el escáner corporal o la meditación guiada- pueden ayudar a calmar el sistema nervioso y aliviar la ansiedad. Sólo unos minutos al día pueden ofrecer una sensación de control y paz.
Empieza poco a poco con técnicas prácticas y fáciles de seguir:
Leer: Técnicas de atención plena para supervivientes de un ACV
No Está Solo
La curación después de un ACV es algo más que el progreso físico: se trata de encontrar la fuerza en sus emociones, sus rutinas y sus sistemas de apoyo. Sea gentil consigo mismo. El estrés puede ser parte del camino, pero con las herramientas y el apoyo adecuados, también lo es la resiliencia.